Podríamos considerar que el trasplante de órganos es uno de los milagros médicos del siglo XX. Gracias al trasplante, los pacientes que se encuentran limitados con una insuficiencia orgánica crónica tienen la capacidad de mejorar sustancialmente el rendimiento del ejercicio y la calidad de vida.

Pero no todo es positivo, en este post evaluamos el artículo “Exercise limitation following transplantation” centrándonos en los trasplantes de órganos sólidos más comúnmente realizados y describimos el rendimiento máximo del ejercicio después de la recuperación del trasplante.

En todos los trasplantes comunes se evaluó una reducción significativa en el consumo de oxígeno pico (típicamente renal e hígado 65% -80% con corazón y / o pulmón 50% -60% de lo predicho). Los pacientes que se encontraban en situación de recibir un trasplante mostraron un VO2pico más alto frente a los trasplantados. Es decir, aunque el trasplante mejora el rendimiento del ejercicio y calidad de vida el VO2pico se reduce.

En general, muy pocos pacientes tienen un VO2pico en el rango normal. La investigación al respecto muestra que los factores que pueden contribuir en la reducción del VO2pico tanto previos y como posteriores al trasplante son muchos. Factores específicos del órgano en el aloinjerto tanto si funcionan bien (por ejemplo, incompetencia cronotrópica en el trasplante cardíaco) como la propia disfunción del aloinjerto (por ejemplo, disfunción del aloinjerto pulmonar crónica).

Sin embargo, observando los resultados de todos los trasplantes, vemos que en el pretransplante hay una masa muscular más baja, mostrando cambios cualitativos en grupos con masas musculares grandes tras ciertos ejercicios.

También existen muchos factores posteriores al trasplante que agravan estos cambios o evitan su recuperación, especialmente los fármacos antagonistas de la calcineurina (enzima dependiente del calcio y una proteína fosfatasa estimulada por la calmodulina) que son agentes inmunosupresores clave.

Esto da como resultado la reducción de VO2pico a pesar de la restauración de la función casi normal del sistema orgánico que inicialmente falló.

Como resultado, el trasplante de órganos ha proporcionado un experimento de la naturaleza que ha centrado nuestra atención en un importante factor de confusión de la disfunción orgánica crónica: la disfunción del músculo esquelético.

Referencia del artículo:
Williams, T. J., & McKenna, M. J. (2012). Exercise limitation following transplantation. Comprehensive Physiology, 2(3), 1937-1979.

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