Traïnsplant en Finlandia

Cada año se realizan más de 100.000 trasplantes de órganos sólidos en todo el mundo provocando un impacto significativo en la capacidad física y en la calidad de vida de los trasplantados.

La actividad física regular mejora la mayoría de las capacidades físicas básicas en estos pacientes, aunque no alcanzan los valores observados en individuos sanos, salvo en escasas excepciones debido principalmente al proceso de la enfermedad, la necesidad de inmunosupresión de por vida y a un posible estilo de vida sedentario.

Aunque no vayamos a alcanzar el nivel previo, propio de personas sanas, no se debe menospreciar la importancia ni los resultados positivos que el ejercicio y la mejora física suponen tanto en el estado físico general del trasplantado como en la evolución.

A pesar de los efectos demostrados por la actividad física muchos pacientes de trasplante son sedentarios. Además, no siempre reciben la orientación más adecuada. La prescripción del entrenamiento se ve condicionada por una serie de factores como la edad, el estado físico inicial, los medicamentos, los órganos trasplantados, la motivación y el ambiente familiar.

En contra de lo que muchas personas piensan, sí, se puede entrenar tanto pre como pos trasplante. Lo importante es estar guiado y controlado por profesionales especializados. Y no solo es que se pueda, sino que es recomendable, un estilo de vida sedentario se asocia directamente con distintas patologías que pueden empeorar la salud de las personas trasplantadas implicando una peor calidad de vida.

En Traïnsplant apostamos por una formación constante apoyándonos y trabajando en equipo con fisiólogos del ejercicio, entrenadores experimentados y médicos de medicina deportiva en un entorno multidicisplinar. Nuestro objetivo fundamental es proporcionar a los pacientes una mejora funcional, física y mental a través del ejercicio.

Referencia del artículo:

McKenzie, K. L., McKenzie, D. C., & Yoshida, E. M. (2015). Solid organ transplant recipients: clinical considerations in the application of exercise. Br J Sports Med, 49(2), 76-78.

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