Tras un trasplante de pulmón, la morbimortalidad (cantidad de personas que enferman de un colectivo concreto en relación con el total de la población) se puede estudiar según distintos períodos.

La morbilidad y la mortalidad observadas en el primer año se relaciona con la intervención quirúrgica y la fase postoperatoria, e indican la obligación de proceder a una intensa inmunosupresión durante los 12 primeros meses. El rechazo agudo es responsable de sólo un 4,9% de las muertes en fase precoz, de modo que, en los trasplantes que se practican hoy en día, constituye una causa de muerte muy poco frecuente.

Esto significa que la mayoría de los pacientes continúan con una recuperación de su capacidad física.

Tras la práctica de un trasplante de pulmón, los resultados clínicos funcionales se pueden evaluar a través de diversos parámetros:

  • Los resultados de pruebas de función respiratoria y de esfuerzo.
  • La capacidad para realizar actividades.
  • El estado laboral del individuo.
  • La necesidad de reingreso hospitalario.
  • La aparición de una recurrencia de la enfermedad pulmonar original.

Aunque el grado de ventilación en reposo de los receptores de un trasplante de pulmón-corazón sanos es normal, existen indicios de que presentan hiperventilación durante el ejercicio físico.

Según las comunicaciones de diversos estudios, tras practicarse con éxito un trasplante de pulmón-corazón se mantiene una ventilación normal del espacio muerto tanto en reposo como durante el ejercicio. En los receptores de un trasplante de pulmón-corazón, la oxigenación se mantiene normal tanto en los máximos de esfuerzo como durante la práctica de un ejercicio constante.

Tras un trasplante de pulmón se producen mejoras sustanciales en la capacidad de ejercicio. Se ha comunicado que la distancia media caminada en seis minutos aumenta en un 60-75% en el curso de los 3 meses posteriores al trasplante, tras lo cual se estabiliza el rendimiento físico.

Desde Traïnsplant nos gusta recordar que cada vez se dispone de más pruebas que indican que la disfunción de la musculatura esquelética es el más importante de los factores que limitan la capacidad máxima de ejercicio tras un un trasplante de pulmón. Lo que es una magnífica noticia, quiere decir que con un entrenamiento adecuado podemos seguir mejorando y ampliando nuestra capacidad máxima de ejercicio más allá, reduciendo y alejando posibles complicaciones médicas derivadas de una falta de capacidad de ejercicio.

Otro factor que se debe tener en cuenta es que los receptores de un trasplante de pulmón toman de forma crónica diversas medicaciones inmunosupresoras que también influyen en la función muscular.

En los pacientes con EPOC, el entrenamiento físico consigue que mejore la capacidad oxidativa del músculo cuádriceps, con lo que se retrasa la aparición de acidosis láctica y aumenta el valor máximo del VO2.

En conclusión, aunque los receptores de un un trasplante de pulmón experimentan mejoras sustanciales en la capacidad de ejercicio en comparación con la situación previa al trasplante, aún presentan una alteración significativa de su capacidad de ejercicio relacionada, en gran medida, con la disfunción del metabolismo oxidativo que existe en la musculatura esquelética. Es probable que la falta de forma física crónica y grave junto con los efectos de las medicaciones contribuyan de un modo importante. El entrenamiento físico puede ser un método para mejorar la función de la musculatura esquelética en el período posterior al trasplante.

Es decir, que recibir un trasplante no es el final del camino, sino que quedan una serie condicionantes asociados a éste que debemos tener en cuenta y trabajar para mantener e incluso mejorar la capacidad física tras un trasplante.

En Traïnsplant contamos con profesionales especializados que guían y ayudan tanto en el periodo posterior al trasplante como más adelante para mantener y mejorar la capacidad de ejercicio de personas trasplantadas mejorando no solo el estado físico sino la calidad de vida.

Referencia del artículo

Studer, S. M., Levy, R. D., McNeil, K., & Orens, J. B. (2004). Lung transplant outcomes: a review of survival, graft function, physiology, health-related quality of life and cost-effectiveness. European Respiratory Journal, 24(4), 674-685.

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